Aún así, flavescencia dorada es una enfermedad infecciosa y epidémica de la vid, causada por el agente causal Candidatus Fitoplasma vitisun fitoplasma contado entre los amarillos de la vid (amarillo vid). La flavescencia dorada de la vid se origina en los EE. UU. y se informó por primera vez en Europa en la década de 1950, precisamente en Francia. En Italia, la enfermedad está presente desde finales de la década de 1960, observada por primera vez en el Oltrepò Pavese, y ahora se está expandiendo en varias áreas vitivinícolas, particularmente en las regiones del Centro-Norte. Esta enfermedad se propaga en los viñedos, así como con el uso de material vegetativo infectado, también por medio de un vector, a saber, el chicharrita de la vid (escafoideo titanus)insecto monófago que afecta a la plantas de vid (Vitis sp).

Por lo tanto, es importante reconocer los síntomas e intervenir rápidamente para salvar el viñedo de la enfermedad.

¿Qué es la flavescencia dorada?

flavescencia dorada
La flavescencia dorada se debe al fitoplasma. Candidatus Fitoplasma vitis. Los fitoplasmas son microorganismos unicelulares (sin núcleo ni pared celular) que viven exclusivamente dentro de los vasos del floema de las plantas hospedantes. La aparición del fitoplasma determina diversos problemas a la planta, por ejemplo, malformaciones florales, problemas de crecimiento, hojas amarillas, pudrición, etc.

Síntomas de la flavescencia dorada

Una característica específica de la flavescencia dorada de la vid es que los síntomas aparecen repentinamente y en plantas aparentemente sanas. La principal sintomatología se presenta a mediados del verano o en final del ciclo vegetativo. En años particularmente secos, también se pueden observar algunos síntomas al final de la primavera.
Los síntomas de la flavescencia dorada afectan a los racimos, hojas y brotes, aquí están los principales:

  • cese repentino de la actividad vegetativa, quedando algunas yemas cerradas;
  • en manifestaciones tempranas las inflorescencias o racimos se secan y luego se caen;
  • falta de hinchazón del racimo en el que las bayas tienden a marchitarse y luego secarse (en julio-agosto este es un signo importante de la enfermedad);
  • las hojas muestran una fractura vítrea y un marcado enrollamiento triangular de la lámina hacia el envés, con un color que tiende a amarillento en las uvas blancas, a rojo-morado en las uvas negras. A menudo en las hojas aparecen roturas de color con manchas rojas o amarillentas en el limbo verde, además la lámina foliar está engrosada y tiende a desprenderse del pecíolo;
  • los brotes muestran dificultad en la lignificación y una consistencia gomosa. Tienden a doblarse hacia abajo, dando a la planta un aspecto postrado. En la base hay lesiones y pústulas negras y aceitosas dispuestas en filas lineales. Estas partes pueden secarse y ennegrecerse en invierno.

Estado latente

Cabe señalar que los síntomas de la flavescencia dorada descritos anteriormente también pueden ocurrir en las estaciones posteriores a la infección. De hecho, el fitoplasma puede permanecer latente durante un período de 2 a 3 años.

Posible confusión entre flavescencia dorada y otras enfermedades

La certeza etiológica de una infección dorada por flavescencia se obtiene solo con análisis fitopatológicos precisos. Esto se debe a que existen otras fisiopatías, como la madera negra con síntomas similares a los de la flavescencia. Sin embargo, un análisis agronómico preciso de las plantas afectadas casi siempre consigue disipar posibles dudas.

Cultivares más susceptibles

No todos los cultivares presentan la misma sensibilidad a la flavescencia dorada. Entre las vides más susceptibles se encuentran: Chardonnay, Pinot, Gamaret, Cabernet y Americana Isabella. Merlot parece ser menos sensible.

El vector de la flavescencia dorada

Chicharrita de la vid

Chicharrita de la vid

Como se mencionó, la flavescencia dorada es transmitida principalmente por el cicadélido de la vid (escafoideo titanus). Este parásito realiza solo una generación por año y completa todo su ciclo biológico en la vida. Esta chicharrita se alimenta de la savia de la planta y con su actividad chupadora absorbe el fitoplasma, que luego es transferido por la chicharrita de las plantas infectadas a las plantas sanas.
Por lo tanto, a diferencia de otras enfermedades de la vid como mildiú velloso o de oídiola lucha no está dirigida al patógeno, sino al control y eliminación del vector.
En nuestro país, la flavescencia dorada de la vid es una enfermedad sujeta a cuarentena, por lo que está en marcha la lucha obligatoria según la decreto ministerial número 32442 del 31 de mayo de 2000. Esta lucha se practica manteniendo a raya a su vector, que es la chicharrita de la vid.

Cómo prevenir la flavescencia dorada

Para limitar la propagación de la flavescencia dorada, es bueno implementar prácticas adecuadas de prevención agronómica.
En primer lugar, el consejo es erradicar las plantas infectadas, para que el vector no pueda acceder a ellas. En este sentido, en las zonas de riesgo de la enfermedad, sería recomendable eliminar las vides abandonadas en los campos vecinos, que pueden convertirse en áreas de refugio del vector y focos de infección.
Otra buena prevención es la de utilizar material vegetal sano para la plantación de la viña o su renovación, pero esto depende mucho de la seriedad del viverista.
A la hora de podar en un viñedo de riesgo, realizar importantes cortes de renovación. Además, asegúrese de eliminar el material de desecho vegetativo, esto se debe a que la chicharrita pasa el invierno como un huevo en brotes de 1 a 2 años.

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felipe owell

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